martes, 26 de junio de 2012

Paco Vargas, juventud para una clásica y antigua Cofradía


Francisco Javier Vargas Ramírez es desde el pasado domingo el nuevo Hermano Mayor in pectore de la Hermandad de los Nazarenos, el decimoséptimo de la corporación morada y el más joven en presidirla de su historia, a los veintitrés años viene a sustituir a María Belén García Suánez, quien al  agotar sus dos mandatos no podía optar a una nueva reelección y en cuyo haber destaca el pacificar una Hermandad con sectores encontrados. Paco Vargas es hermano desde los trece años, también pertenece a la Hermandad de Coronación, siendo desde el pasado año sus manos las que visten a la Virgen de la Amargura.

Proyectos desde la austeridad y el trabajo

Cuatro serán los pilares que el nuevo Hermano Mayor pretende para los próximos años, contando con el respaldo de su Junta de Gobierno -en número apostólico de doce- y naturalmente el de todos los hermanos, pretende la reforma de la casa hermandad, un hermoso y espacioso local que necesita de algo más que un lavado de cara y que puede convertirse en el motor de la vida de la Hermandad; la unificación necesaria de las túnicas, suprimiendo nada menos que tres colores que afean y acortan el cortejo; la ejecución de un nuevo paso para la Virgen, a la vista está la escasa dotación artística del actual, empezarán por la parihuela para poco a poco ir sumando, si son pacientes y se dejan aconsejar se puede hacer un paso alejado de los modelos estándar, basado más en un proyecto iconográfico y simbólico y menos en un repetido amontonamiento de dibujo, único también por suponerlo sin palio y, creemos, que de talla, el tiempo aquí es lo de menos, lo que importa es el resultado final; por último una necesaria apertura de la Hermandad en su barrio, en definitiva, la captación de nuevos devotos y cofrades para aumentar una muy castigada nómina.

Apoyo mayoritario

Casi el treinta por ciento de los hermanos se acercaron a votar en la resacosa jornada del pasado día 24, a pesar de la intempestiva convocatoria se contabilizaron 50 sufragios de un censo total de hermanos con derecho a voto de 185. La candidatura obtuvo 45 votos, se registraron también dos votos en blanco y tres nulos. Así es que alea jacta est, o lo que es lo mismo, la suerte está echada y las gentes del Encuentro merecen que sea de la buena.