Recordemos que este pregón mariano es costumbre desde 1992, por lo que el día 16 será su XXII edición, celebrándose el primer sábado de Feria hasta 2007, a partir de entonces, por el recorte en sus días, hubo de adelantarse a la víspera ferial. Algo parecido ocurrirá con la fiesta de la Virgen, que coincide por vez primera con el día de Los Coloraos, conmemoración que al parecer tiene tal arraigo en la sociedad almeriense que ha conseguido titular el día en el programa de festejos graciosamente tildado Estación Alegría, desplazando a la Festividad de Nuestra Señora del Mar, a la que no hace mención. El dislate sin duda viene propiciado por el nuevo invento -justificado como de acuerdo a la tradición litúrgica almeriense- de que su onomástica ya no es el último sábado de agosto, sino la víspera del último domingo, por lo que también la ofrenda floral, organizada desde 1983, es decir, hace treinta años, pasa al viernes de feria. Conviene recordar, por la flaqueza de nuestra memoria y nuestra inmensa indolente docilidad, que la Fiesta de la Virgen -pónganle a esta tradición la etiqueta que quieran- fue siempre el último sábado de agosto y que cuando éste era el día 31, la feria acababa el 1 de septiembre... y nos lo pasábamos tan bien y nadie tenía que tratar de convencernos justificando lo injustificable.
P.D. Por si alguien se empecina en lo contrario puede ojear el programa de 2003, año en el que la feria comenzó un 23 de agosto y finalizó -parece que ya por última vez- el primero de septiembre. Y que me perdone el pregonero por haberme aprovechado del paso del Pisuerga por Valladolid.
