domingo, 15 de mayo de 2011

Una vida dedicada a la casa y una casa para toda la vida

Inauguración de la Casa Hermandad del Prendimiento

Ayer se cumplía uno de los sueños mas anhelados por la Hermandad del Prendimiento, la culminación de las obras de restauración de su casa hermandad, que se han prolongado durante casi cinco años, no en vano la Casa de Arboledas, conocida así en la fecha de su construcción allá por finales del siglo XVII, presentaba casi un aspecto ruinoso, devolviéndole todo su esplendor a este edificio histórico adquirido en 1816 por José María Puche y Perceval, que quedó convertido tras la guerra civil española en patio de vecinos en el que se albergaron hasta doce familias, incluso un negocio de imprenta regentado por Rogelio Úbeda Galera desde 1963 -que aún hoy perdura en otro lugar de la ciudad naturalmente- o el taller del tallista Manuel Llamas Campoy entre otros, y desde el 22 de enero de 1997 propiedad de la Hermandad del Prendimiento.

El presupuesto, que ha superado el 1.300.000,00 €, ha contado con ayudas de varias administraciones, hermanos y colaboradores, pero sobre todo con el esfuerzo superlativo de las Juntas de Gobierno que a lo largo de los años lo han hecho posible.


Hombres y NombreS

En 1979 el sacerdote Recesvinto Martínez Montijano mediaba para que la Hermandad del Prendimiento accediera a algunas de las viviendas desocupadas para uso como casa hermandad en régimen de alquiler a su anterior propietario, el Patronato Casa-Asilo, por aquel entonces se encontraba al frente de la Cofradía su refundador, Juan Antonio Barrios Fenoy. Con el paso de los años al ir abandonando las viviendas los inquilinos, la Hermandad iba ocupando y adaptando estos espacios, acomodándolos a sus necesidades, siempre con el beneplácito del Patronato que encontró en la Hermandad del Prendimiento el mejor de los posibles propietarios, gracias sobre todo a la mediación del sacerdote de imborrable recuerdo Fernando Berruezo Sánchez y a la de Guillermo Zaragoza Sorroche. Todos los hermanos mayores que desde entonces han pasado por la Hermandad tuvieron como prioritario la compra del inmueble para su posterior recuperación, bajo el mandato de José Ramón Suárez Fernández se consiguió de buen grado el desalojo de todos los inquilinos, menos uno. Enrique Marín Sorroche ha puesto el broche de oro a estos más de treinta años, con la compra, rehabilitación y apertura de nuevo del edificio, en él se resumen los sacrificios y desvelos de todos los Hermanos del Prendimiento.


La CasA

La hasta ayer conocida como Casa de los Puche, desde hoy Casa del Prendimiento, es un edificio de dos plantas con un total de superficie construida de 898 metros cuadrados, que van desde un pequeño aljibe de gran belleza y felizmente recuperado -llamado a convertirse en oratorio de Nuestra Señora de la Merced para albergar la talla primitiva de la Virgen que conserva la Hermandad, obra del hervasense Enrique Aniano Pérez Comendador (1900-1981)-, hasta la planta baja con patio, planta superior con galería acristalada y terraza. El bajo ha quedado ocupado por la tienda, salón social y de actos, mayordomía en la sala de las tinajas y sacristía. En la planta superior, a la que se podrá acceder en ascensor, se ubican la sala capitular, museo y mayordomía. Anexa al edificio se encuentra la que se consagrará como futura Capilla, si bien este espacio ha quedado en total disonancia con la nobleza del edificio recuperado.


El ActO

Sobriedad y elegancia fueron las notas más señaladas del acontecimiento organizado ayer por la Hermandad del Prendimiento, y que sin duda pasará a los anales, no sólo de la corporación del Miércoles Santo, sino a los de la Semana Santa Almeriense. Para hacer posible el acomodo y la cabida de los más de cuatrocientos asistentes, se dispuso un escenario en la plaza Jesús Cautivo de Medinaceli frente al que se sentó al publico expectante. Se abrió el acto con unas palabras de salutación a cargo de José María Martínez Martínez, seguidas por un emotivo discurso de agradecimiento del Hermano Mayor Enrique Marín Sorroche, interrumpido por los aplausos que corroboran la emoción de momento. El obispo Adolfo González Montes asistido por el Director Espiritual de la Hermandad Juan José Martín Campos, cerró la ceremonia con sus palabras a las que siguieron las apertura y bendición de todas la estancias.

Desde ese instante las puertas de la Casa del Prendimiento se abrieron de par en par para ser visitada mientras un duo de cuerda interpretaba en el patio un escogido repertorio de música clásica. Una cena de gala al aire libre en la plaza de la Catedral, con carácter benéfico, puso broche de oro a tan intensa e histórica jornada.

museo