Los que hemos tenido la inmensa fortuna de vivir y sentir la pasada Semana Santa la recordaremos para siempre y la grabaremos en los anales de nuestra memoria como la que devolvió el sentido a nuestras Cofradías, toda vez que por fin, los desfiles procesionales pasaron a ser Estaciones de Penitencia. Atrás quedaron dantescos proyectos de llevarla a la Rambla Obispo Orberá, a la nueva arteria de la Avenida Federico García Lorca y hasta el Paseo Marítimo, propuestas descabelladas de otrora presidentes agrupacionales que a Dios gracias no llegaron a prosperar. Era un clamor de los cofrades de a pie, de los que no salen ni en la prensa ni en la radio, de los que tampoco quizás formen parte de las Juntas de Gobierno, pero que trabajan día a día por su hermandad y por ende en el engradecimiento de nuestra Semana Mayor. Han sido meses duros y complicados de negociaciones y arduo trabajo de una comisión pro-carrera oficial catedralicia que finalmente contó con un respaldo casi unánime del pleno de la Agrupación, salvo alguna voz disonante pensando sólo en el beneficio único de su Hermandad. Todo se solventó y de este modo nuestro obispo, tan sensible y cariñoso con el mundo cofrade, receptor de su inquietudes y proyectos, sabedor de que las Hermandades constituyen el movimiento católico más numeroso de nuestra diócesis, dio un sí Ad Experimentun, hoy convertido en un SÍ definitivo. Las Cofradías están acostumbradas a modificar y alterar los itinerarios a veces hasta pocas horas antes de la salida, no hay año que no se empiece a levantar alguna calle el mismo Viernes de Pasión, el nuevo itinerario oficial ha sido un mero trámite, la mayoría ya venían pasando por aquí y las que lo han hecho por primera vez no les ha supuesto esfuerzo alguno.
Tiempo y público
A pesar del intenso frío -dicen que siberiano- que nos ha acompañado durante los días pasados, la plaza de la Catedral ha sido un hervidero de gente, las cinco mil sillas dispuestas -abandonadas ya las gradas más propias de un espectáculo deportivo- perfectamente aparceladas, se han cubierto en su totalidad y lo mejor, abonadas previo pago de su importe, que ya resultaba bastante ridículo, sonrojante y vergonzoso la gratuidad del paseo. Los almerienses han contribuido de este modo con gusto a la Semana Santa, con un abono, eso sí, el más barato de toda Andalucía, 20 € por toda la semana, con algún incremento en las primeras filas y los palcos situados en la lonja de la Catedral, a lo que las Cofradías han respondido con exacta puntualidad, tras los músicos del palio aparecía ya de inmediato la siguiente Cruz de Guía, dicen que la plaza presentaba una estampa similar a la de la sevilllana de san Francisco, con sus palcos revestidos de paños de terciopelo rojo y engalanados con guirnaldas de romero, otros aseguran que el ambiente era como el de la Campana, al irrumpir los pasos desde la calle Cervantes al son de escogidísimos repertorios en interminables chicotás, que acababan, para unos en la entrada al Cubo y para otros saliendo por la calle del alcalde Eduardo Pérez, -comparaciones al margen- es indiscutible el sabor de esta nueva carrera oficial. El Ayuntamiento ha respondido con una grata sorpresa, en la entrada a la Plaza Vieja desde la de san Fernando, colocó una extraordinaria tribuna con tres grandes sillones que fueron ocupados por los distintos capitulares, el Jueves y Viernes Santo, como manda la tradición y la etiqueta, revestidos de chaqué y durante todas las jornadas escoltados bajo mazas mientras dos policías municipales con uniforme de gran gala acompañaron a cada una de las cruces de guía desde este enclave y hasta la misma puerta de la Catedral -abiertas para la ocasión de par en par- y donde los pasos se detenían unos minutos en señal de respeto y en gesto simbólico del cumplimiento de la Estación de Penitencia, bajo la atenta mirada de los canónigos que presidieron el paso de todas las procesiones desde una mesa situada cerca del dintel.
Experimento confirmado
La satisfacción ha sido general en todos los estamentos, el alcalde, Sr. Carega, se ha comprometido seriamente con la rehabilitación del casco histórico visitado en estos días más que nunca y de paso se ha congratulado al conseguir no obstaculizar la circulación ni el transporte público por la avenida más transitada como es la del paseo, demanda y critica que año tras año se ha repetido por los que no gustan de las procesiones, por otro lado ha dado un giro a las obras de la Plaza Vieja, desde hoy contemplan el paso de las Cofradías elevando para ello la altura del arco de acceso a la calle Juez. Del mismo modo fuentes episcopales indican que el obispo Moseñor Fernández Asumendi estudia seriamente la posiblidad de encargar un proyecto de ampliación de la puerta de los Perdones para que la Cofradías puedan acceder por ésta y salir por la principal de Juan de Orea, pero en su balance destaca aquello que la iglesia ha repetido siempre y es que las procesiones no se conviertan en un instrumento cultural administrado por los políticos, sino en una manifestación de fe y nada mejor para ello en que salgan a la calle para hacer Estación de Penitencia.
Continuidad en la Agrupación
El éxito ha conseguido unir más que nunca al mundo cofrade que ha salido muy fortalecido de este experimento confirmado ya en su continuidad, tal es así que se oyen voces de apoyo sin fisuras e incondicionales para que el presidente de la agrupación, Sr. Murillo de la Cueva, lo sea ya de forma vitalicia.
Gran despliegue de los medios de comunicación
Aunque la mayoría de los medios han dado la callada por respuesta ante el rotundo éxito de la nueva carrera y se han limitado a hacer de voceros de su amo, lo más extendido un copia y pega de comunicados de difícil compresión. Hoy no está de moda defender la justicia y la verdad, mejor nadar y guardar la ropa, arrimarse al sol que más calienta, cambiarse de chaqueta a discreción, no moverse para salir en la foto, tragar carros y carretas, no expresar lo que incomode a nadie -lo que llaman políticamente correcto-, mentir lo que haga falta y vivir agachado por considerar peligroso hacerlo de pie, por eso ofrecemos a continuación lo que algunos valientes de la prensa especializada en cofradías ha destacado de esta singular y única Semana Santa y que creemos merece la pena leer:
Jorge Ponce en el Diario La Casa del Arte: Las cofradías de Almería son una merienda de negros.
Basilio de la Santa Cruz García Navarro en el digital Entre Triana y Almería: La Catedral también es mía.
Emilio Jesús Díaz Pérez en la bitácora Vetusta: Nos merecemos todos los que nos echen para atrás.