Acaba de terminar el escrutinio de los votos en las elecciones celebradas esta tarde en la Hermandad de los Estudiantes, y como cabía esperar el nuevo hermano mayor in pectore no es otro que José Luis Cantón Pavón, único candidato presentado a esta extraña -por la fecha- convocatoria electoral. Poco margen de maniobra le queda al nuevo Hermano Mayor ante la inminencia de una nueva Cuaresma, quizás las normas diocesanas debían obligar a todas las hermandades a que sus elecciones se celebrarán en el mes de mayo para evitar situaciones como ésta. El recuento de los votos ha arrojado el siguiente resultado:
Votos emitidos: 133
Nulos: 0
En blanco: 12
A favor de la candidatura: 121
Ahora sólo queda, tras la solicitud oportuna, esperar la máxima celeridad en el pronunciamiento por parte del obispo del nombramiento del nuevo hermano mayor.
Experiencia y solvencia
Es sin duda el aval más importante de José Luis Cantón para enfrentarse al reto de devolver a la corporación estudiantil al sitio que merece. La Hermandad de los Estudiantes fue durante años la antorcha que mantuvo vivo el espíritu cofrade de un movimiento en fase terminal y escuela de muchos cofrades que emprendieron otro camino en antiguas y nuevas Hermandades, hoy, quizás algo desdibujada, necesita de la experiencia del que ya forma parte de los Anales de su cofradía, quince años en anteriores mandatos como Hermano Mayor (1979-1987) (1990-1997) y la solvencia de una gestión impecable que nadie ha sabido rentabilizar, la adquisición de la casa hermandad en 1995 -todavía hoy solar- o el inicio del bordado de palio en 1996, proyectos inacabados esperando a su principal mentor.
Una dilatada vida cofrade
José Luis Cantón lleva toda su vida dedicada a la causa cofrade, fue presidente de la Agrupación de Cofradías (1987-1990), por cuya labor recibió el escudo de oro en 2010, el de la ciudad en 2007 y el Guión Cofrade en 1997. El pasado año pregonó a su Hermandad, antes lo había hecho a la Semana Santa en 1991. Pero su gesto más generoso -a nosotros así nos lo parece- fue el de hacerse cargo en 2000 de la gestora de la suspendida, por aquel entonces, Hermandad de la Borriquita, no tenía necesidad de ello, y a pesar de las muchas dificultades consiguió normalizar su vida corporativa y buscarle nueva sede, podemos dar fe de que José Luis en la Borriquita es como un padre al que se le sigue consultando como si siguiera al frente de la festiva corporación del Domingo de Ramos.